Abstract:
Las bibliotecas universitarias tradicionalmente se han utilizado para almacenar el conocimiento, pero hoy también son lugares donde se aprende y se crea, por ello muchas bibliotecas que han emprendido el nuevo camino están siendo más relevantes que nunca para sus usuarios. De este modo, el entorno académico está ofreciendo muchas oportunidades para que las actividades creativas se vinculen directamente con el aprendizaje. En los campus universitarios, los makerspaces pueden orientarse a la ingeniería, diseño, para que los estudiantes de ciencias desarrollen sus talentos que van a aplicar en la industria cuando se integren en el mercado laboral, pero también pueden estar dirigidos a un colectivo más amplio de estudiantes que trabajen en proyectos de Humanidades Digitales, como la minería de textos o la grabación de testimonios de la historia oral. Todo ello favorece el aprendizaje experiencial y se conecta mejor con las nuevas pedagogías (Active learning, Flipped classroom. ); además de comprometer más directamente a la integración del estudiante y de la biblioteca en el aprendizaje, fomentando la creación de comunidades de práctica, el trabajo en equipo, la autoeficiencia a través del aprendizaje, lo que favorece el impulso de la innovación, la creatividad, pero también de otras habilidades blandas como el desarrollo del pensamiento crítico y la cultura abierta. Fundamentalmente se trata de una colección cambiante de actividades sin cita previa y exposiciones permanentes que conecta mentes y manos, y que permite a los visitantes probar una nueva idea, aprender una nueva habilidad o hacer una "chapuza" brillante que puede conducir a lo inesperado, lo que contribuyen directamente al futuro éxito profesional y la retención del estudiante